Por Carolina Mathieu
“Cuando la casa es feliz, el humo juega suavemente encima del tejado”- escribe la voz de Gastón Bachelard. Y feliz se vuelve la cita cuando resuena sobre las ilustraciones de Mandana Sadat en Tarde de Invierno .
He aquí un poema de Jorge Luján[1] que, bajo la investidura de libro-álbum, se nos ofrece con toda la potencia estética del lenguaje plástico y verbal para deleite de los lectores que no nos detenemos en restricciones de edad a la hora de “seguir creciendo”.
Texto e imágenes se fusionan cual díada para delinear – desde sus propios territorios- el decir y la mirada de una infancia soñada: un niño ( ¿o una niña ?) nombra su hacer en el dibujo del juego de los primeros trazos, acaso de los primeros pasos y las primeras palabras que ,con sus huellas, abrigarán para siempre la exactitud de la confianza.
Felices, en el tejido de lo íntimo, evocaremos el calor de la casa que alberga, que nutre, que anida, que abraza.
Tarde de invierno se me antoja invitación a habitarse, a leerse, a hacerse uno con la magia del arte para crecerse allí adentro y echar a andar.
“Cuando la casa es feliz, el humo juega suavemente encima del tejado”- escribe la voz de Gastón Bachelard. Y feliz se vuelve la cita cuando resuena sobre las ilustraciones de Mandana Sadat en Tarde de Invierno .
He aquí un poema de Jorge Luján[1] que, bajo la investidura de libro-álbum, se nos ofrece con toda la potencia estética del lenguaje plástico y verbal para deleite de los lectores que no nos detenemos en restricciones de edad a la hora de “seguir creciendo”.
Texto e imágenes se fusionan cual díada para delinear – desde sus propios territorios- el decir y la mirada de una infancia soñada: un niño ( ¿o una niña ?) nombra su hacer en el dibujo del juego de los primeros trazos, acaso de los primeros pasos y las primeras palabras que ,con sus huellas, abrigarán para siempre la exactitud de la confianza.
Felices, en el tejido de lo íntimo, evocaremos el calor de la casa que alberga, que nutre, que anida, que abraza.
Tarde de invierno se me antoja invitación a habitarse, a leerse, a hacerse uno con la magia del arte para crecerse allí adentro y echar a andar.
[1] Poema que-en prosa-aparece en el
poemario Palabras manzana .
Textos citados:
-Bachelard, Gastón (2000). La poética del espacio. Bs. As: FCE.
-Luján ,Jorge (2010). Palabras Manzana. Bs, As: Aique.
-Luján, Jorge y Sadat, Mandana (2011). Tarde de invierno.Zaragoza: Edelvives.
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