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23 de junio de 2014

Había otra vez..."Caperucita Roja"


Inauguramos desde hoy un recorrido de Reseñas que irán apareciendo por aquí como producto del riquísimo intercambio que se desplegó en el marco del Seminario de Grado "La enseñanza de la literatura para niños " (UNLP, 2014) a partir de la propuesta de exploración, análisis teórico y reflexiones críticas en torno a las reescrituras/ versiones  (de nunca acabar!) de "Caperucita".

Cada texto se podrá encontrar también en  la sección "Reseñas" 

  

1-LA NIÑA DE ROJO


 Por Prof. en Letras Jorgelina Guzzo*


Con La niña de rojo, historia e ilustraciones de Roberto Innocenti y escrito por Aaron Frisch, nos acercamos a una lectura del cuento tradicional “Caperucita Roja”, adaptado a un contexto nuevo, actual y contemporáneo.
El libro comienza con la voz narrativa de una abuela, que va a “tejer” un relato a un grupo de niños que la acompañan. Este relato enmarca otro por esta presencia que aparenta ser virtual, ya que brilla con luz propia y tiene un tamaño especial, como si se tratara de un holograma.
La narración se inicia en un bosque, en este caso de cemento, gris y triste, donde habitan seres alienados que viven su vida sin relacionarse socialmente . 
Por este bosque transita Sofía, quien siguiendo los pasos de la Caperucita clásica se lanza a la aventura de recorrerlo cargando con el mandato materno de no salirse del camino ni hablar con extraños.
Durante su viaje es acechada por las variadas tentaciones que le ofrece el camino: vidrieras, propagandas, magia, música, gente. Sofía camina velozmente tratando de no distraerse, pero es difícil, hay colores, imágenes, todo un mundo que la cerca, caótico, desigual y peligroso. Su “mochila” le pesa, recuerda las palabras de su madre y camina. Pero cede a la tentación y, en este caso, se sube a la moto de un desconocido. Un supuesto cazador bueno que aparece cuando ella está en medio del peligro.
Con él parte tranquila, pero le dura poco. El ahora cazador la abandona y, como el lobo de Perrault, al dejarla, acorta el camino.  Mientras, Sofía camina por el propio hacia la seguridad de la casa de su abuela.
Las imágenes que siguen (casi sin texto), son de una contundencia impactante: la moto – la casa cerrada – el motoquero, ahora transmutado en lobo – la policía.  Por otro lado, una mamá sola, en la noche, que espera…
El libro respeta los elementos básicos del hipotexto conocido (la abuela enferma, el bosque oscuro, el lobo malo, la nena de rojo) pero les da un giro:  adolescencia  de hoy, en la "selva" de cemento, expuesta a los peligros actuales.  

 A través de imágenes cargadas de indicios y sugerencias- coloridas, atrapantes, seductoras y repletas de vida- se actualiza el texto clásico, a la vez que se abren nuevas lecturas colmadas de efectos y gradaciones simbólicas para los lectores de hoy.
 El relato propone dos finales: uno, el de Perrault, donde se cierra el relato enmarcado con esa abuela que ya ha tejido una chalina larga;  y otro, el final propuesto explícitamente como una salida “mágica”, imaginada, fuera ya del marco del relato que nos acerca la versión de los hermanos Grimm y donde tiene lugar una posible lectura optimista, porque “no todos los finales tienen que ser los que nos acaban de contar…, a veces, las estrellas pueden brillar más… cuanto más oscura sea la noche”.


* Jorgelina Guzzo es Profesora en Letras por la UNLP y se desempeña como docente en el nivel medio del Colegio María Auxiliadora de la Ciudad de La Plata (Bs. As, Argentina). Cursa el seminario "La enseñanza de la literatura para niños " (UNLP, 2014).

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