ESCRITUYAS

13 febrero 2014 

                                       

                                           Almohadita de plumas tanto te necesito

                                           como despertar del sueño de otro

                                           como transpirar el perfume de un pedacito de cielo 

                                           de a poco

                                           suave como una muy nube de espuma

                                           lento lentísimo

                                           pero real.

                                                       Antonella Mannina ( La plata, Bs As)

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5 febrero 2014 

 ***

Por Antonella Ciuffo (Bs. As, Capital- 12 años)

Me desperté una mañana 

con ojos dormidos y pelos despeinados. 

Salí al jardín a ritmo de pato criollo 

y me encontré con un pequeño hoyo. 

A su lado vi a un hada que escarbaba 

desesperada.

Ella era pequeña pero de corazón gigante. 

Tenía unas hermosas alas que hacían resaltar sus hermosos colores.

Después de media hora de observarla , le pregunté:

-¿Qué buscas?

Entonces ella me miró con una hermosa sonrisa y dijo:

-Una amiga.

La invité a tomar el té y mientras charlábamos su búsqueda fue finalizada.

Y ahora: mi nueva amiga es un hada.

 ***Antonella dibuja su hada con los trazos "animé" que le enseñó una amiga. Se precupa especialmente por la definición de los ojos.  El anime como producción  asociada a la cultura japonesa- y muy atractiva para  niños y adolescentes occidentales de hoy- ya corría en tiempos donde conocimos a la entrañable Heidi sólo que no llamabamos "animé" a ese  "dibujito animado"que consumíamos. 

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  3 de febrero 2014

EL dragón invencible

por Emilia Ferrero ( que ahora tiene 12 pero lo escribió a los 9)  

Un día, hace muchos años en un país muy lejano de Tetropia vivía un indestructible dragón llamado Ernie. Todos los grandes guerreros habían ido a su cueva para destruirlo, pero nunca pudieron cumplir ese sueño. Ernie no era malo, pero nadie sabía eso. Todos creían que mataba gente que pasaba todo el día durmiendo. Pero esto no era así. Un día fue el guerrero más valiente de todo el país. Se llamaba Aurelius. Él estaba muy confiado. Le tardó horas llegar a la cueva del dragón. Cuando llegó resulta que estaba tomando un té de tilo y unas galletitas. Al llegar Aurelius le apuntó su espada, amenazándolo. El dragón dijo:

-Mmm, no esperaba visitas. ¿Te gustaría un té de tilo?

El guerrero asombrado dijo:

-Bueno. ¿Está envenenado? , digo.

Él contestó:
-Pero no, amigo. Si la vida es para disfrutarla. ¡Por favor! A mí todos quieren matarme, y yo no soy malo.

El guerrero le respodió:

-Bueno, entonces iré y les diré a todos que sos un dragoncito bueno y confiable.

Días después Aurelius volvió y le dijo que si quería podía ir a la aldea, que todos lo aceptarían.

El dragón aceptó y vivió feliz con Aurelius.

FIN

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25 enero 2014

Una  luna para todos

    -Papá, bajame la luna-pidió Alfredo.

     Su papá lo miró sorprendido. Cerró los ojos, volvió a abrirlos sacudiendo los párpados y las pestañas, levantando las cejas y se puso delante de Alfredo.

 -La luna, la luna. La luna es una bolita que está muy alta. ¿Cómo querés que la baje?

-Te subís a la escalera y listo.

-Tenés razón-dijo Lucio, el padre de Alfredo.

     Caminó unos metros hasta la casilla de las herramientas y regresó con la escalera entre sus manos. Alfredo, mientras tanto, seguía  mirando la luna color tiza.

-Acá estoy. Vamos a ver cómo hacemos.

     Lucio apoyó la escalera en el suelo, la afirmó sobre una madera de cedro y  comprobó con las manos que estuviera bien firme.

     Alfredo empezó a saltar de entusiasmo y a alentar a su papá:

-Sí, sí, ahora subite.

     Lucio trepó los escalones como si trepara por las ramas de un árbol, hasta llegar a la punta de la escalera. Se afirmó y estiró primero el tronco, después un brazo y finalmente la mano izquierda. Estaba arriba, en la punta, cuando dio una enorme y redondo bostezo.

     La luna estaba quieta como una piedra. Lucio la tocó despacito porque no sabía  si quemaba o si era fría como un cubito de hielo. Cuando comprobó que la luna ni rodaba, ni echaba  a andar, ni temblaba, ni se rompía en mil pedazos, ni quemaba, extendió la otra mano y la tomó con sus diez dedos. Una vez que la tuvo entre sus manos, probó el peso, la descolgó y la atrajo hacia sí. La luna, mansita y liviana como una pluma de avestruz, de faisán o de pavo real, se movió de su sitio y finalmente Lucio la apoyó sobre la punta de la escalera. La luna no era pesada, pero de ella brotaba una luz muy blanca y muy gris. Algo como un color hielo o perla o marfil o azúcar o qué sé yo cuántas cosas más.

     Lucio  bajó poco a poco los escalones y tocó tierra firme. Se paró y miró a Alfredo:

-¡Mirá lo que tengo!-le dijo.

Alfredo se acercó corriendo y se detuvo a su lado. Tenía miedo de la luna, siempre tan, tan lejos y ahora tan al ladito suyo. Lucio apoyó la luna en el suelo y la echó a rodar. La luna se desplazó unos metros y se detuvo en una zanja del terreno. Era un farolito redondo y plateado. Alfredo se  acercó y la tocó con cierta desconfianza.  Cuando vio que no hacía nada, se sentó encima y la hizo rodar y agitarse. La luna era muy amable con Alfredo y se prestaba mansamente a sus juegos.

-Tenés que tratarla con cuidado-le dijo su padre. –Luna hay una sola y es de todos los habitantes del planeta, no tuya sola.

-Sí, papi, tenés razón. Tenemos que cuidarla. Como si fuera un collar de la abuela Matilde. O un anillo de oro. O como si fuera un tesoro.

     Alfredo la levantó con la mano derecha y la llevó a su cuarto. Vació una canasta de juguetes y la puso a dormir allí, abrigadita con una colcha amarilla. Esa noche Alfredo durmió sólo de a ratos, porque la luna estaba tan contenta de ser luna que bañaba toda la pieza con su luz cenicienta y no lo dejaba conciliar el  sueño.

     Al día siguiente, la luna lunera ya no estaba. Un poco porque la luna de día no se nota tanto. Otro poco porque la luna extraña su camita,  el espacio, y una canasta no le alcanza para quedarse a vivir habiendo tanto cielo.

    Cuando Lucio  se  dio cuenta de que ya no  tenía más luna en su cuarto,  lloró sobre las rodillas  de su papá.

-Pero papá, la luna me abandonó. No me  quiere.

-Sí te quiere. Pero acordate de lo que te dije. La luna no es tuya. Es de todos. Seguramente, mientras vos dormías,  otro nene le pidió a su papá que le bajara la luna y ella, como no es zonza y quiere hacer felices a todos los nenes del mundo, fue corriendo a la otra punta del  planeta, adonde la llamaban.

-¿De veras? ¿Te parece que fue así?

-Yo creo que sí-dijo Lucio.

-Tenés razón, papá. Lo que voy a hacer otro día es pedirte una estrella. Porque hay tantas que alcanzan  para todos los  nenes de la Tierra-dijo Alfredo mientras se sonaba la nariz.

             Adrián Ferrero  ( La Plata, Bs As)

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POESPIA 

palabras que miran

que pían

el mundo que pasa

                                              ALLÁ        acá      másALLÁ 

hora en el ahora

que  se adentra

y  se funde 

-corazón/letra-

sobre tus ojos

                                                       Carolina Mathieu, La Plata, Junio 2012
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Como un cuadro soy.

Miro a la gente que pasa

y no puedo hablar.

Estoy encerrada en este

mundo sin espacio.

Lo único que veo

es como pasás

y no me mirás.

Mirás a otros,

no te animás nunca

a hablarme, a halagarme,

ni a mirarme.

Te veo pasar como si nada,

hasta que yo

salí  y me animé

a decirte o pensar:

-¿No me mirás?

Y lo escuchaste.

Te diste la vuelta y sonreíste.

No pude hacer nada.

Sólo mirarte

porque estoy encerrada

en un cuadro

sin poder hacer nada.

 Catalina Blake

3-11-2013

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EL MISTERIO  DE MORA Y FLOR

Por Florencia Ciuffo (Bs. As, Capital, 6 años)

Era una noche. Flor había invitado a Mora a dormir. Estaban mirando una  peli y de pronto escucharon un ruido que venia de la cocina. Entonces vieron a un hombre con  capucha, no le vieron la cara pero ese hombre les había dejado unas tarjetas escritas con sangre.  Hicieron como que no hubiera pasado nada. Pero  los papas les dijeron ¿que hacen despiertas? No termino la película sigan  no ay problema  !haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

gritaron a sustos -viste eso -si era del tamaño de mi hermana

-las tarje titas tiene la letra de mi hermana    -dijo flor-  tenían            sangre- quemas dijo mora – hay que averiguar quien porque  y como lo hacen dijo flor las chicas estaban   asustadas cuando centraron que tenían magia -guau dijo mora  -que mas podemos hacer dijo flor y le salieron brillos de los dedos  - mira mi estatua de luna y sol si lo rompemos abra algo dijo flor lo  rompieron  y encontraron  un collar y otro collar de luna flor ce puso  el de luna y mora ce puso el de sol

- ahora como lo logramos dijo mora -con magia dijo flor

antes de ponerse el collar abrieron un libro y decía  que si tienes

 magia y te pones el collar correcto servira de alarma para emergencias de misterios y ce pusieron -guau  dijo  flor  sonó la alarma -vamos a ver dijo mora -está atacando a la playa dijo flor -vamos ay que salvarla playa antes que la dañen  dijo flor - ¿pero como  vamos a escapar dijo mora tranquila tengo mis llaves -entonces que esperas vamos dijo mora -mira es la misma persona que entro a mi casa dijo flor- a gamos magia dijo mora                                    y largaron  magia   al señor  no le afecto pero se rindió  - ya  esta amaneciendo   vallamos a casa dijo flor

llegaron y se hicieron  las dormidas mora se quedo  unos día largos porque los papás de mora se fueron a paris.

los collares están sonando- ahora que paso –la plaza –como vamos a escapar dijo mora tranquila tengo un plan mamá papá podemos ir a la casa de lucía si pero no vuelvan tarde  ahora que paso -le esta poniendo una cosa a las hamacas

-que esperas dijo mora –primero ay que aser un plan dijo flor –este es el plan dijo flor  mientras se distrae le sacamos la capucha -¡papá de mora!!!!!!  y se fueron corriendo a la casa mora se tuvo que quedar a vivir con flor porsi le asia daño

fin